jueves, 15 de diciembre de 2011

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Artículo de un bloguero en el que se comentan dos noticias relacionadas con la educación y la crisis. A partir de ellas, el autor reflexiona y extrae dos conclusiones:
1. Las materias que actualmente conforman el currículo escolar son un peñazo.
2. Tal vez el rechazo del alumnado hacia el estudio no sea culpa de las materias que incluye el currículo, sino de cómo y para qué se imparten.

¿Realmente nos preocupamos / se preocupan los políticos por la situación de la educación en la actualidad o por el contrario se presta mayor atención a otros temas, tangentes pero menos importantes?
Expresad vuestra opinión a través de los comentarios.


Entrada muy interesante que une dos aspectos aparentemente alejados:
“Pero puede estar tranquilo, en nuestro país, en España, el peso de lo público en todo el modelo educativo, desde la enseñanza obligatoria hasta la universitaria, desde la formación continua de los torneros hasta los postgrados de negocios, es bestial, decisivo. Financiación directa, subvención y control forman un cedazo del que resulta difícil zafarse.”

 
Interesante propuesta con origen en Reino Unido, hace ya casi dos años:


La Unión Nacional de Estudiantes de Inglaterra (NUS, en sus siglas en inglés) ha lanzado una revolucionaria propuesta: que ya no se paguen las matrículas universitarias y, a cambio, que los graduados lo paguen en impuestos en función de sus ingresos. Así, en vez de pagar unos 3.800 euros al año (la media de las matrículas), los graduados pagarían a través de sus impuestos entre el 0,3% y el 2,5% de su sueldo mensual durante 20 años. 

Se propone destinar ese dinero a una fundación, dependiente del Gobierno, que lo repartiría entre las universidades. Además, se apunta otro de los temas tratados en clase: si aumenta la tasa o precio de la matrícula universitaria, existe el riesgo de producirse una enorme brecha social en el acceso a los estudios superiores. Se basan en que el precio fijado hasta ahora no influía en la elección de los estudiantes.

Nosotros nos preguntamos: ¿Seguro? ¿Acaso uno no mira el precio de los productos en el supermercado? Nuestra opinión es que con las tasas académicas ocurre algo similar. NO todo el mundo puede hacer frente a ellas. Cada individuo/familia posee unas condiciones económicas distintas. Por tanto, ¿podría tener cabida el sistema propuesto en nuestra sociedad y en nuestro sistema educativo?

En él se muestra el campus como la universidad se ha convertido en un complejo lleno de “inversiones privadas”: un MCDonald’s, edificio Coca-Cola… Para llegar a la oficina del rector hay que pasar por el restaurante de comida rápida, girar a la derecha en el parque Disney…
Como siga la cosa así, quizás veamos algo parecido…

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